Estamos en este negocio para contribuir a nuestro planeta.
Nuestras practicas de negocios están basadas en integridad, justicia, transparencia y responsabilidad. Esta es nuestra aspiración.
En MTK creemos que las empresas son realmente capaces de tener éxito a largo plazo, si responden a las necesidades del mercado en las que operan. Esto significa que tienen una responsabilidad con el desarrollo económico y social.
Creemos que los consumidores informados toman mejores decisiones, lo que a su vez impulsaría el desarrollo de productos más seguros, saludables y sostenibles.
MTK nace desde una pequeña empresa dedicada a aplicar tecnología para la Industria y Construcción, basada en el aire comprimido y la perforación subterránea. Entender e implementar soluciones viables a nuestros cientes sigue estando en el corazón de un negocio de gases en presión y Tecnologías no destructivas que aún desarrollamos, para generar gases in situ de aire comprimido, nitrógeno y oxígeno, así como también en otro ámbito, equipos e insumos para redes subterráneas de fluidos líquidos y gaseosos. Estas son tecnologías que sorprendemos diariamente, sin ser vistos. Ninguna requiere de una ley y rara vez nos premian con vítores de una multitud, sin embargo, la recompensa adopta las formas del esfuerzo y los momentos de conexión con la naturaleza y la tecnología.
Para nosotros, observar la relación armoniosa entre la naturaleza y la mecánica, ha motivado nuestro corazón y alentado nuestra mente a entregar soluciones que generen valor, el amor por esos lugares salvajes y hermosos exige una participación activa en la lucha por salvarlos y ayudar a revertir el acelerado declive de la salud de nuestro planeta.
El habernos mantenido fieles a nuestros valores fundamentales durante más de veintiocho años, nos ha ayudado a crear una compañía que estamos orgullosos de dirigir y en la que nos enorgullece trabajar. Para mantenernos en el negocio por al menos treinta años más, debemos cuidar este tierra al que llamamos hogar.
Nuestros valores reflejan los de un negocio iniciado por un grupo de ingenieros mecánicos y amantes de la naturaleza. El enfoque que adoptamos hacia el diseño de productos y el uso de ellos, refleja una tendencia hacia la simplicidad y la utilidad.
Nuestros criterios para el mejor producto se basan en la funcionalidad, la capacidad de reparación y, sobre todo, la durabilidad. Una de las formas más directas en que podemos limitar el impacto ecológico es con productos que duren generaciones o que puedan reciclarse, de forma que sus materiales permanezcan en uso. Hacer el mejor producto importa para entregar vida a las generaciones que vienen.
Sabemos que nuestra actividad comercial, desde el consumo de energía eléctrica e hidrocarburos, hasta el uso de insumos como aceites y filtros de los productos, es parte del problema. Trabajamos constantemente para cambiar nuestras prácticas comerciales y compartir lo que hemos aprendido. Pero reconocemos que esto no es suficiente. Buscamos no solo causar menos impacto, sino aumentar los positivos, reutilizando y reciclando todo aquello que podamos.
Usar los negocios para proteger la naturaleza
Los desafíos que enfrentamos como sociedad requieren liderazgo. Una vez que identificamos un problema, actuamos. Abrazamos el riesgo y actuamos para proteger y restaurar la estabilidad, integridad y belleza de la red de la vida.
Nuestro éxito, y gran parte de la diversión, tiene su origen en desarrollar nuevas formas de hacer las cosas.
El principio orientador de su diseño provenía de Antoine de Saint Exupéry, el aviador francés:
¿Alguna vez te detuviste a pensar no solo sobre el avión, sino en todos los elementos que el hombre construye, todos esos que son el resultado de esfuerzos industriales del hombre, todos los cálculos, todas las noches invertidas trabajando en corrientes y proyectos, que invariablemente culminan con la producción de un objeto cuyo único principio orientador es el principio último de la simplicidad?
Es como si existiera una ley natural que ordenara que, para alcanzar esta meta o refinar la curva de un mueble, la quilla de un barco o el fuselaje de un avión hasta que, gradualmente, forme parte de la pureza elemental de la curva del seno o el hombro del ser humano, fuera necesario que existiera la experimentación de varias generaciones de artesanos. En cualquier elemento, finalmente, se logra la perfección cuando no hay nada más que quitar, cuando un elemento ha sido despojado de todo, y no cuando ya no existe nada más para agregar.*